Hospitales clasificados, contrato firmado para directores médicos: “Resultado positivo, pero persisten obstáculos”

Tras más de veinte años, finalmente hemos alcanzado el objetivo de un nuevo Contrato Nacional Aris/Anmirs para la gestión médica de los Hospitales Clasificados. La ratificación del acuerdo 2016/2018 se ha hecho realidad a pesar de los diversos obstáculos, debidos, sobre todo, a la falta de una cobertura adecuada por parte de las instituciones competentes. Aris ha señalado reiteradamente que el principio del Decreto Legislativo 502/1992, según el cual el sistema de remuneración de la atención sanitaria acreditada también debe estar correlacionado con los costes de producción (principalmente los de mano de obra), no se ha aplicado durante mucho tiempo, por lo que las estructuras privadas se ven obligadas a aumentar la remuneración de sus colaboradores sin poder contar con ajustes adecuados en sus ingresos.

La inconsistencia de todo esto se hace aún más evidente si observamos los hospitales clasificados, que, si bien son consustanciales al Servicio Nacional de Salud (como reiteró en repetidas ocasiones el Tribunal de Casación, la más reciente en 2024), no están en absoluto a la par con la salud pública desde un punto de vista económico, y además están sujetos, según las sentencias más recientes de los jueces administrativos, a la disciplina presupuestaria como todos los centros acreditados. Después de tantos años, esta práctica ya no es sostenible y, por ello, es necesaria una reforma profunda del sistema.

La ratificación, por lo tanto, requirió un gran sentido de responsabilidad por parte de Aris y se vio facilitada por el rol proactivo de numerosas estructuras asociadas que, en los últimos años, han encontrado soluciones para anticipar, total o parcialmente, los efectos del nuevo contrato, estipulando acuerdos descentralizados que se incorporaron al acta del acuerdo nacional del 11 de junio pasado. Por supuesto, no se puede decir que se hayan superado los problemas críticos que han impedido la ratificación hasta la fecha. Por esta razón, no se han reconocido atrasos y se ha previsto un plazo de 12 meses para que las estructuras se adapten a los nuevos valores contractuales, con la esperanza de que en este intervalo las partes puedan sensibilizar conjuntamente a las instituciones.

Entre las numerosas novedades, cabe destacar los cambios introducidos en las normas sobre la exclusividad de la relación y los métodos para optar por este régimen, la remodulación de los roles (con la introducción de los de muy alta especialización) y la provisión de protecciones específicas para los casos de despido injustificado. Desde el punto de vista económico, la nueva Ccnl acerca significativamente los niveles salariales de los médicos de hospitales clasificados a los de sus colegas del SSN, con un aumento promedio de aproximadamente el 15%, y una revisión y actualización de toda la estructura salarial.

Además, se reconoció un gran valor a la negociación de segundo nivel, encargada de la regulación de diversas instituciones, incluyendo el servicio de guardia, la remuneración variable por puesto y la remuneración por rendimiento, con la posibilidad, por consiguiente, de modular, a nivel local, los casos individuales, teniendo en cuenta las diferentes necesidades y situaciones contingentes de las estructuras. La satisfacción de las partes sociales por haber alcanzado el acuerdo, evidentemente, se debe a la necesidad de conciliar las dos necesidades de valorización del personal médico y la sostenibilidad de los costes relacionados para los hospitales clasificados, ambas esenciales para la estabilidad del NHS.